¿Sabes que el yoga es una herramienta que calma la mente, relaja el cuerpo y cambia la forma de ver la vida?
En mi post anterior “5 claves para aprender a meditar” te hablé sobre aspectos importantes de su práctica. El yoga facilita enormemente la meditación, ya que por un lado flexibiliza el cuerpo preparándolo para aguantar en la postura (sentados sobre la esterilla con las piernas cruzadas) y por otro tranquiliza los pensamientos resultando muchísimo más liviano hacer ese ejercicio de concentración con la mente calmada que con los pensamientos en pleno centrifugado.
Hoy te voy a hablar sobre el yoga y todos los beneficios que tiene para ofrecerte.
¿QUÉ ES EL YOGA? ¿POR QUÉ FUNCIONA?
El yoga es un entrenamiento, consiste en entrenar la mente a través de entrenar el cuerpo, pero es la mente lo que estás entrenando.
Supongo que alguna vez te habrá pasado que, como todos, al llegar el año nuevo te llenas de buenos propósitos. “A partir de ahora voy a dejar de enfadarme por tonterías, voy a tener más paciencia con mis padres, voy a escuchar más a mi mujer…”
¿Cuánto duran esos buenos propósitos? ¿Dos, tres días…? ¿Cinco?
Pero al final acabas volviendo a los viejos hábitos…
¿Por qué falla nuestra voluntad? ¿De dónde vienen esos hábitos?
La Real Academia Española define hábito como “modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes”.
Esa repetición sigue un esquema:
1) Aparece un estímulo.
(Situación, hecho o suceso de nuestra vida)
2) Que produce una sensación.
(Situación, hecho o suceso de nuestra vida)
2) Que produce una sensación.
(Sentimientos y emociones que despierta el estímulo)
3) Y causa una consecuencia.
3) Y causa una consecuencia.
(Reacción que nos produce la sensación)
Por ejemplo:
Imagina que en tu primera infancia (2 ó 3 años) tu familia suele pasar los veranos en una casa de campo. A la hora de la siesta te acuestan en la habitación más fresca. Al mirar el techo observas que justo encima de ti hay varias arañas (las de patas largas y finas). El “estímulo”.
La incertidumbre de no saber qué es lo que se mueve, si se te va a caer encima o te va a atacar, y el carecer de la madurez emocional e intelectual necesaria para asimilar la situación, provocan sentimientos de intranquilidad, angustia y miedo. La “sensación”.
Esas emociones crean un conflicto con tu instinto de auto-conservación que buscando tu supervivencia tiende a alejarte del peligro (retirar la mano del fuego), huyendo para impedir que se acerquen. “Consecuencia”
Pasan los años y llegas al colegio. Una mañana levantas el pupitre y asoma una arañita correteando por sorpresa.
Otro incidente a los doce, a los dieciséis…
Conforme se va repitiendo el esquema (estímulo+sensación+consecuencia) se va prescindiendo del paso intermedio. Directamente ves la araña y como consecuencia huyes. Ya no hace falta una justificación, el hábito la sustituye.
Y de esa forma tan sutil, vas desarrollando a lo largo del tiempo una fobia totalmente irracional, sin ni siquiera saber de dónde viene.
Se puede decir que es como un entrenamiento, inconsciente, pero un entrenamiento al fin y al cabo. Repetido durante todos los días de tu vida hasta mecanizar una reacción. Establecer una preferencia…
¿Qué es más lógico, que prevalezcan los buenos propósitos del año nuevo o un mecanismo que llevas repitiendo desde que tienes uso de razón (en mi caso 40 años)?
Por eso, si de forma inconsciente durante toda tu vida te has entrenado concienzudamente para ser como eres, es coherente que si necesitas cambiar conductas e ideas negativas lo hagas a través de otro entrenamiento, esta vez consciente.
La única técnica que yo conozco (seguro hay más) capaz de producir en nuestra forma de ser un cambio lo suficientemente sólido como para mantenerse en el tiempo, es el yoga y la meditación.
QUÉ DEBES TENER EN CUENTA DURANTE LA PRÁCTICA DEL YOGA
Una sesión de yoga está formada por una secuencia de asanas. Las asanas son posturas de concentración. ¿En qué hay que concentrarse?
Antes de comenzar la práctica tómate unos instantes para ser consciente del trabajo que vas a realizar.
1) Comienza sentándote en postura fácil (sentad@ sobre la esterilla con las piernas cruzadas, colocando un pié delante del otro). Pon tu espalda bien recta e imagínate que un hilo invisible tira de tu coronilla hacia el cielo.
2) Empieza a conectar con tu respiración:
ü Inhala: siente cada gota de aire al entrar por las fosas nasales rozando los conductos hasta llegar a tu interior, y experimenta cómo se expande.
ü Exhala: sintiendo cada gota de aire que sale hacia el exterior relajando la caja torácica, los hombros, el cuello, etc.
ü Intenta cada vez que sueltas el aire ir ralentizando y tranquilizando tu respiración (sin ahogarte, intentas inhalar y exhalar cada vez más despacio)
Si durante la sesión, en algún momento te sientes perdid@, sientes que estás haciendo las asanas de manera mecánica o te agobias, vuelve una y otra vez al anclaje:
· Dejar que los pensamientos sigan su curso, que se vayan de la misma manera en la que vienen, cuando ellos quieren (no luchar, controlar, ni forzar nada…)
· Cada vez que te das cuenta de que tu mente se ha distraído y te has ido a otro momento o lugar, vuelves una y otra vez a sentir la respiración (punto 2), a relajar hombros, brazos, espalda, cuello… a sentir lo que sucede en tu interior sin opinar, sin juzgarte y sin compararte.
Recuerda que en este entrenamiento la pesa la levantas con la mente cada vez que voluntariamente decides volver a traer tu atención al momento presente, y ésta sin duda es la más pesada que vas a levantar en tu vida.
El que tu mente esté más inspirada o más predispuesta a dispersarse es secundario, ya que el hábito nuevo lo estás creando al volver.
Si no estás realizando este trabajo de interiorización no estás haciendo yoga, estás haciendo aerobic o gimnasia de mantenimiento.
¿POR QUÉ EL YOGA ES TAN EFECTIVO?
¿Y que ha llegado a nuestros días al transmitir de maestro a discípulo la experiencia acumulada a lo largo toda una vida?
Te hablo de una disciplina que nace de la práctica personal y la auto observación, perfeccionada a lo largo de 45 siglos.
No ha sido experimentada en otro individuo sobre el que se han valorado los resultados. Surge del conocimiento adquirido en primera persona. Sobre la mente y la naturaleza de los pensamientos propios.
Esto requiere una mirada al interior valiente y sincera. Sincera porque estás tú sol@, no hay nadie a quien engañar, sólo a ti mism@. Valiente porque para hacer el gesto, ver lo hay dentro y no apartar la mirada se necesita mucho coraje.
Volver a tomar las riendas de tu vida es posible. Liberarse de las trampas de los pensamientos y los hábitos mentales está a tu alcance. Haz un cambio que perdure en el tiempo.
Incorporar la práctica del yoga y la meditación en tu vida es un regalo que te vas a estar agradeciendo el resto de tu vida.
¿Qué tipo de yoga es el que practicas? ¿Cuál es tu experiencia?